Dice Neil de Greasse: “La única era en la cual la ciencia no podía asegurar una verdad objetiva fue antes del siglo XVII, cuando nuestros sentidos eran la única herramienta que teníamos a nuestra disposición para informarnos de la realidad del mundo. Las verdades objetivas existen independientemente de la percepción de la realidad que tengan nuestros cinco sentidos”.
Las realidades objetivas no están basadas en nuestro sistema de creencias. No son establecidas por la autoridad de los líderes o la fuerza de la persuasión. No son aprendidas de la repetición de pensamientos mágicos. Negar verdades objetivas es ser científicamente analfabeta.
Usted puede pensar que solo una sola definición de verdad debe existir en este mundo, pero no. Al menos hay dos clases de verdad prevalecen y guían algunas de las más bellas y las más violentas expresiones de la conducta del ser humano, las verdades personales y las verdades objetivas. Las verdades personales tiene el poder de comandar su mente, su cuerpo y su alma, aunque no estén basadas en evidencia. Las verdades personales son lo que usted está seguro que es verdad, aunque usted no pueda probarlo. Y algunas de estas verdades se derivan de lo que usted desea que sea verdad.
Las verdades objetivas, establecidas por la repetición de experimentos que dan resultados consistentes, no son encontrados más tarde como falsos. No necesitamos confirmar que la tierra es redonda, que el sol está caliente, que los humanos y los chimpancés comparten el 98% de su DNA, que la era de la física moderna nació con la revolución cuántica de principios del siglo XX y de la revolución de la relatividad, Etc..
Más allá de las verdades objetivas y acercándonos a sus primas , las verdades personales, nos podemos referir a los tipos de verdad que podemos adquirir a través de la fuerza incesante de los medios que repiten y repiten ideas hasta hacer que tu creas en ellas, se convierten en medios de propaganda de ideas que se imponen como verdad. No es un secreto que la gente va a dar sus vidas, o tomar las vidas de otros, en apoyo a lo que ellos desean que sea verdad. Los germanos arios de los 1930s no nacieron pensado que ellos eran una raza superior a las otras razas del mundo. Debieron ser adoctrinados. Y así lo hicieron, mediante una maquinaria política muy eficiente y bien lubricada. Para 1939 al inicio de la segunda guerra mundial, millones estaban listos para dar la vida por ello. Y así lo hicieron.
Cuidado con las creencias que derivan en verdades que queremos que sean verdad y que ya han sido probadas científicamente como caminos equivocados y como verdades objetivas.
Adrián Díaz.
29 de octubre de 2023
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