Una Sociedad basada en valores
Una sociedad organizada debe tener principios fundamentales y su convivencia debe estar englobada en derechos humanos que son inalienables para todos: El derecho a la vida, el derecho a la libertad y el derecho a buscar la felicidad. Junto a otros que se derivan de estos mismos.
Hay diferentes rasgos que identifican a una sociedad que es comparativamente más progresista que otra.
La salud
Una sociedad para progresar necesita condiciones que le permitan tener resueltas y a su alcance alimentos, refugio para sus familias y salud física y mental indispensable para su desempeño dentro de la comunidad. Esta necesidad es primaria e imperiosa, y se vuelve cada vez más compleja cuando las comunidades crecen y se diversifican en sus actividades comunales.
En el transcurso de la evolución del hombre, al pasar de ser una sociedad recolectora y cazadora, a otra sedentaria y productora de alimentos industrializados, ha creado conglomerados que han resuelto las necesidades básicas de proveeduría de alimento, refugios básicos y atención de la salud de una manera más avanzada que otras. Esta condición se ha dado por diferentes rasgos que obedecen a aspectos humanos que se han desarrollado de manera más acertadas en la asignación y distribución de los recursos y las tareas que desempeñan sus integrantes dentro de cada sociedad más o menos avanzada. Cada grupo humano fue practicando en base a prueba y error la mejor manera de organizarse para resolver los problemas comunes e individuales de sus integrantes. Mientras más grandes los grupos, más complejas las soluciones. Cada propuesta ha cobrado la vida de muchos que sufrieron las consecuencias de los errores. Cada Revolución a acomodado las tareas de una manera diferente. Sin alimentos y sin techo una sociedad tiende a desaparecer.
La subsistencia
Una sociedad debe tener la aptitud de poder generar las capacidades y habilidades para que cada uno de los integrantes pueda desempeñar una actividad que complemente las necesidades que tiene la sociedad como un todo. Alguien tiene que tener la habilidad de generar alimentos, otros a comercializar los productos que necesita para subsistir y crecer, otros a generar refugios para las familias y para las actividades comunales, educativas, deportivas, religiosas o de interés de grupos, otros tendrán que dedicarse a la enseñanza y transmitir los conocimientos y habilidades adquiridos por la misma sociedad o por otras sociedades más avanzadas; otros tendrán que desarrollar habilidades para coordinar los esfuerzos que se hacen para el bien común de la comunidad ejerciendo actividades de gobierno, otros más a generar por un lado, las normas que rigen a una sociedad y otros a y cuidar la aplicación de las mismas (aplicar el estado de derecho), otros a la investigación para el progreso. Requiere también de quienes se dediquen a ejercer y promover el arte y mantener las tradiciones que sustentan a los grupos humanos. Otros a generar y mantener organizaciones de ayuda comunitaria y sin fines de lucro. Así como alguien tendrá que difundir y mantener las creencias religiosas que requiere una sociedad para mantener un equilibrio espiritual. Cada quién en el papel que le corresponde desempeñar. Aquí es donde la educación tiene la labor de trasmitir a las siguientes generaciones las capacidades y habilidades aprendidas, y las disponibles universalmente, para resolver problemas, enfrentar retos, y de promover la innovación para mejorar la eficiencia de desempeño y convertir a la siguiente generación en personas competitivas ante los retos que enfrenten.
En estas habilidades también una sociedad tendrá que procrear las condiciones que ordenan el intercambio de productos y servicios a través de mantener en operación un sistema de ordenamiento de las transacciones que se hacen a través de la moneda vigente y que permita asignar valor comparativo justo a los bienes que se intercambian sin que haya privilegios ni abusos derivados de lo que llamamos monopolios de mercado. Tendrá que establecer políticas que marquen un rumbo estratégico de desarrollo consensuado para que haya claridad de hacia dónde se dirige y que cada uno de los integrantes pueda planear a largo plazo sus expectativas aspiracionales de un mejor futuro para sí mismo, para sus organizaciones grupales y para lo que se defina como prosperidad para la sociedad a la que pertenecen.
La capacidad de relacionarse
Una vez que una sociedad tiene generadas esas condiciones, también debe tener una capacidad imperiosa para todos, la de saber a comunicarse entre sí, como integrantes de su comunidad y también con otros grupos y organizaciones de manera de manera colectiva. Desarrollar su capacidad cognitiva, la capacidad de comunicar, no solo para identificar sujetos y objetos, sino también para comunicar y entender conceptos. En muchos casos debe un participante de la sociedad no solo comunicarse con los que convive a diario, sino también con aquellos que están del otro lado del planeta cuando la necesidad lo requiere, porque ahora lo que una sociedad necesita, está a veces muy distante y es necesario adquirir los bienes requeridos, sean alimentos, conocimientos, tecnologías, turismo, energéticos o materias básicas, y hay que tener la habilidad de obtenerlas mediante la comunicación y el desarrollo de las relaciones humanas.
La solidaridad humana
La siguiente capacidad que habrá de tener una sociedad es la de desarrollar esa actitud innata en el ser humano que es la Solidaridad Humana, y que se establece principalmente en los derechos básicos que, a decir de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, firmados por la gran mayoría de los países, que todos los hombres son iguales, que tiene derecho a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad entre otros más.
Esa solidaridad se debe reflejar en las normas que rigen a una sociedad de manera obligatoria para los gobiernos, y de manera voluntaria para los gobernados que a través de organizaciones de la sociedad civil o en lo personal, actúan en la proporción de las capacidades físicas y económicas que tengan para complementar las acciones de solidaridad humana en temas específicos.
Esta actitud de solidaridad define a una sociedad y le da una condición de desarrollada en la medida en que es más solidaria con los que menos tienen, haciendo que los recursos de que dispone, de manera prioritaria, tanto a nivel gubernamental como a través de personas y organizaciones, se distribuyan de manera subsidiaria para equilibrar el acceso a esos derechos básicos que todos tienen como individuos por el solo hecho se ser seres humanos.
Las acciones de las instituciones gubernamentales deberán ser prioritarias en cuanto a los derechos que tienen los ciudadanos por el hecho de que las acciones que hacen son derivadas de las contribuciones que los integrantes de la comunidad hacen y que se contribuyen para tener un organismo supremo y electo, que ejecute con los bienes entregados, las acciones que se requieren para el bien común de la sociedad.
Los seres humanos tenemos esa actitud innata de ayudar a otras personas aún que no las conozcamos y aún que estén lejos, con el solo propósito de ayudar. Ese propósito define a los individuos, así como a las sociedades.
El conocimiento de la verdad
En un siguiente nivel hay otro rasgo que identifica el estatus de una sociedad, está en el desarrollo de esa curiosidad del ser humano de buscar elevar su nivel de conocimiento para superar su desempeño hasta llegar al nivel del virtuosismo de su ejecución. La curiosidad por descubrir la verdad de cada incógnita ha llevado a unas sociedades a ser más adelantadas que otras en los temas de la ciencia, la tecnología, las relaciones humanas, los deportes y las artes hasta hacerlas especialmente sobresalientes y virtuosas. El hombre en el trascurso de su evolución y hasta el día de hoy, ocupó su inteligencia primero que nada en dos funciones: una en proveerse de alimentos, y en segundo lugar, en defenderse de los depredadores. Esta última ha sido la creadora de una gran parte de la innovación de la tecnología orientada a las armas e instalaciones de defensa y de amenaza a los depredadores desde los tiempos de la edad de piedra, derivando esos conocimientos a otras áreas de la vida económica y social para mejorar lo que podemos llamar el bienestar de la sociedad.
La Justicia
Un rasgo más de una sociedad es que pueda desarrollar un código de normas obligatorias y otras de carácter moral para lo que es justo y lo que no lo es. Mediante lo que se denomina un contrato social, toda sociedad tendrá que aceptar los derechos y obligaciones que se acuerden. A poner normas escritas ya sea en piedra o en papel, para ponerse de acuerdo en lo que será permitido o sancionado para pertenecer a un conglomerado definido por unas líneas que determinan el territorio dónde tendrán vigor. Un ser humano deja de ser totalmente libre para vivir en sociedad, a través de aceptar ciertas libertades y derechos, si se compromete a respetar ciertas limitaciones y deberes. El concepto de lo que es justo será definido considerando al criterio de lo que la mayoría está de acuerdo y tendrá carácter de ley para todos. También será acuerdo de la mayoría, quién será el que juzgue lo que esta apegado a las leyes o normas que se deben atender. Desde donde la historia puede tener registro, estos jueces han sido los jerarcas que más sabiduría e imparcialidad han mostrado. Mientras tanto las leyes morales se aplican por medio de la aceptación o rechazo a quienes las aceptan o violan. Las sociedades que mas han desarrollado este concepto, son las que han sido más estrictas en la aplicación de sus normas y más estables en el orden social. Para lograr una estabilidad social se necesitan tanto las normas escritas como las morales, al lado de las tradiciones locales.
La percepción de la belleza
El derecho a la búsqueda de la felicidad que todo ser humano tiene, también abarca el disfrutar del ejercicio y la percepción del arte, las maravillas naturales, y el mantenimiento de las tradiciones. Desde la antigüedad hasta hoy, las manifestaciones del arte han captado y plasmado de manera especial los momentos históricos de las sociedades a través sus manifestaciones artísticas especiales de cada región, dándoles a sus integrantes un carácter de identidad y pertenencia de sus raíces y de sus manifestaciones del pensamiento actual de cada época. La comunicación actual, ha permitido que esa manifestación cultural expresada a través de las diferentes ramas del arte, difundan y reflejen su forma de pensar utilizando las diferentes técnicas y tecnologías a la mano que poseen. Siempre el arte a reflejado el statu quo que prevalece en cada sociedad, plasmando el contenido de las otras áreas del conocimiento y condición política, social, religiosa y tecnológica que prevalece en su tiempo. El arte es un patrimonio especial de cada sociedad.
Su trascendencia
Todo ser humano quiere encontrar un sentido a su existencia. Una sociedad encontrará una forma de trascender en la medida en que puede encontrar valores comunes para ponerlos en práctica de manera comunitaria. Solo si los integrantes de una comunidad encuentran los valores comunes que los identifican y que comparten, podrán tener un acuerdo de cómo vivir en sociedad. Esos valores les darán sentido a sus acciones de planeación y desempeño en lo que se refiere al bien común que los une. Esos valores determinarán lo que es bueno para sus aspiraciones como como individuo y como sociedad en lo que es justo en derechos y deberes para convivir en paz.
De todos estos aspectos de una sociedad se derivan los valores sobre los cuales está basada. Cada ser humano que la conforma está dispuesto a respetar y a cumplir lo que la voluntad general determina. Incluida la propia.
Soy integrante de una sociedad en la medida en que estoy dispuesto a limitar mi libertad hasta donde las normas me lo permitan y a cumplir las condiciones que fueron establecidas por las anteriores generaciones para gozar las ventajas que me ofrece vivir en esta comunidad, y tengo el derecho a proponer mejoras y cambios que nos beneficien, como un todo, para el bien común. Soy integrante de una sociedad porque no me siento solo en lo que pienso y en lo que aspiro.
Adrián Díaz Ramos
Agosto de 2022
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